martes, 2 de agosto de 2011

La formación y nuestros valores


Los primeros responsables de cimentar las bases del conocimiento del ser humano son los padres de familia. Casi sin darse cuenta, desde un principio, papá y mamá, la forma tradicional de padres de familia, le dán formación a ese nuevo ser que ha nacido.  La solidez de ésta formación está en directa relación con los valores de cada padre de familia.

    "Es importante que desde pequeño aprenda bien como es todo"
    ~ Quino


























Los niños forman sus valores desde 0 a los 6 años. Es durante ese período que, en buena teoría, los padres de familia moldean conductas, formas de hablar, actuar y de pensar.

Si bien hablamos desde un enfoque teóricamente ideal, la realidad práctica es que existen niños en su gran mayoría cuyo proceso de formación es forjádo por una amplia diversidad de terceras personas.

Hoy día, hay muchos hogares donde ambos padres de familia trabajan cotidiamente, delegan la formación de sus hijos a personas otras personas, niñeras, abuelos, tíos, amigos, vecinos y guarderías. Algunos motivados por la necesidad de cubrir las necesidades básicas, mientras que otros por simple desapego y falta de interés.

Lamentablemente la escala de valores a variado con el paso del tiempo y lo que ayer se consideraba inaceptable, hoy día se ve como una norma o regla de vida. Nos enseñan desde pequeños que solo teniendo bienes materiales puedes ser exitoso en la vida, encima y más allá de la eduación, de la moral y la ética.
 
Llámese mundo o sistema, éste nos ha encausado en el camino superficial de lo material, no queremos pensar, analyzar ni resolver, para eso están los sistemas informárticos. No queremos compartir ni apoya a los demás a superarse, sino fotalecer una actitud egocéntrica, egoísta y muy superflua.

Son los adultos quienes tienen el poder en sus manos y quienes con su propio ejemplo moldean la formación de sus hijos. Así de esta forma, no podemos pretender mejorar el mundo de nuestros hijos para el mañana, cuando se transmiten valores pobres y faltos de amor y respeto por la vida y la sociedad.

La mejora, el cambio que buscamos, está en nosotros mismos y en cuanta atención, esfuerzo y dedicación le prestemos a la formación de los que vienen. La formación es la clave fundamental para que nuestro Dios sea uno lleno de amor.


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